"El mundo era tan reciente,
que muchas cosas carecían de nombre,
y para mencionarlas
había que señalarlas con el dedo."
100 Años...

martes, 1 de febrero de 2011

El Ave de mi Fe

De las profundidades de mi corazón voló un ave y se remontó en el espacio, y cada vez que más subía, su tamaño se aumentaba más y más. Comenzó con la forma de la mariposa, luego tomó la de una paloma; más adelante el tamaño de un águila, hasta que se semejó a una nube de primavera llenando así el cielo incrustado de estrellas.
De las profundidades de mi corazón voló un ave y se remontó en el cielo aumentando su tamaño a medida que subía y siempre quedaba habitando la profundidad de mi corazón.





¡Oh, mi Fe, mi Sabiduría obstinada y fuerte! ¿Cómo llegar a alcanzar tu altura para ver, juntamente contigo, la esencia sublime del hombre grabada sobre la faz del cielo? ¿Cómo convertir este mar que está en lo más hondo de mi alma, en una densa neblina y vagar, junto a tí, en el espacio infinito?
¿Podrá ver el prisionero, en la penumbra del templo, sus cúpulas doradas? ¿Tendrá la semilla fuerza para esparcirse y envolver la fruta que antes la envolvía recíprocamente? Sí, ¡Oh mi Fe clemente! Sí; yo vivo encadenado con cadenas de hierro en los antros obscuros de esta prisión sin fin. Me separan de tí estas barricadas hechas de carne y huesos, para no poder volar contigo en el mundo infinito. Empero tu volatilizas de mi corazón para cenirte en el anchuroso espacio, tanto, que siempre te encuentro habitando la profundidad de mi corazón dolorido.
Y con todo esto estoy resignado, conforme y confiado.

Khalil Gibran