miércoles, 21 de octubre de 2009
Era alguien que creía que se debía sobrevivir como un blanco viviente en continuo movimiento, un verdadero hijo de la guerra, porque excepto en las contadas ocaciones en que te encontrabas encerrado o perdido en un rincón desconocido, el sistema estaba montado para mantenerte en movimiento, si eso era lo que creías desear. Como técnica de supervivencia parecía tan sensata como cualquier otra, dado, naturalmente, que, en primer lugar, estuvieras allí, y que quisieras verla terminar; comenzaba sobre bases sólidas, pero a medida que avanzaba, formaba una especie de cono, porque mientras más se andaba, más se veía, mientras más se veía, más se arriesgaba aparte de la muerte o la mutilación, y mientras más riesgos de este tipo se corrían, más era aquello a lo que tendría que renunciar el "sobreviviente" algún día.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Sin saberlo estaba muerto?
Un abrazo.
Creo q desde este texto habla el rincón vivo q le quedaba en medio de la muerte
Publicar un comentario