Tratase esta historia de aquella visionaria de lo tardío. Manolita Arias.
Sentarse en el viejo tronco cerca del rancho le inspiraba aires de vuelo.
Lento lo pensaba, pero al hecho había un trecho largo, que se acortaba al lecho que compartía con ese marido que tan dignamente habían elegido.
Ella solo cumplía.
Un viejo mandato le había dicho a muy temprana edad cual era el plan de vida, a veces divino, a veces no...
Todas estas paparruchadas de libertad le eran un claro tesoro; que sabe, algún día alcanzaría... después de limpiar el baño, claro.
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5 comentarios:
Es muy triste esa última relexión....me quedo con tu soñar despierta.
Un abrazo
Jua.. yo también me quedo con eso, igual la historia no termina ahí.
Besos
mome hace tiempo que no te visitoo, perdona, pero veo muchos cambios en tu blog¡¡ me gusta.
algun dia siempre se alza aquello que buscamos o queremos...s
muuuak¡¡
que tan dignamente habían elegido
jejje... con toda la dignidad q ese plural le otorga..
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