"El mundo era tan reciente,
que muchas cosas carecían de nombre,
y para mencionarlas
había que señalarlas con el dedo."
100 Años...

martes, 8 de marzo de 2011

...Que raro les ha debido parecer a los españoles ver mujeres en los tambos vendiendo y comprando. Lo que indican las fuentes es que les resultó tan extraña esa presencia femenina, que sólo se les pudo ocurrir que vendían sus cuerpos, porque miraban a través del lente interpretativo español y europeo, para el cual la presencia pública de mujeres solas era señal de prostitución. Hay pocas fuentes que rescatan la dinámica mercantil femenina, pero la investigación histórica de Pauline Numhausen hace muy buen uso de ellas. En Mujeres indias y señores de la coca desentraña las diversas modalidades del nexo con el mercado, desde posiciones subordinadas a formas de acumulación autónomas, que desarrollaron las mujeres del Gato (castellanización del qhatu) y su papel fundamental en los intercambios de la plata y la coca. La compatibilidad de las mujeres con el mercado puede entenderse mejor si atendemos a los papeles rituales de las mujeres, como lo hace Joseph Bastien (1996). Este antropólogo norteamericano llama a las mujeres del ayllu Qäta de Charazani las ritualistas de los márgenes, mostrando que los varones de especializaban en los rituales propiciatorios localizados en el centro civilizado de la comunidad (rituales a las chacras, casas y todos los espacios culturales), en tanto que las mujeres se especializan en los ritos de los márgenes: en los ríos o en las alturas de pastoreo, en aquellos espacios de frontera entre cultura y naturaleza, donde la comunidad entra en contacto con fuerzas externas y desconocidas. Allí las mujeres operan -como en sus tejidos y canciones- una domesticación de lo salvaje.
Este proceso de conexión con el exterior que ritualmente ejercen las mujeres, es perfectamente compatible con su predominio en el comercio. El comercio es el nexo de la comunidad con el mundo, entonces la colocación de las mujeres en la estructura de la sociedad indígena les otorga el poder de mediar con el exterior y con las fuerzas desconocidas y caóticas de la fertilidad, de lo silvestre y del mercado. por eso es comprensible la capacidad femenina de integrarse al mercado potosino y a los circuitos del trajín colonial. Históricamente tenemos esta presencia femenina en los mercados, que va a marcar muchos elementos que diferencian a la sociedad boliviana de sus vecinas. Bolivia se parece más a las sociedades africanas. El sólo hecho de ver tantas mujeres en las calles, ver la dinámica mercantil que ellas manejan y su contacto con el dinero, nos está hablando de una modernidad indígena de larga data, cuyo uso del dinero es ciertamente diferente al que propone la "ética protestante y el espíritu del capitalismo".


Silvia Rivera Cusicanqui

Socióloga aymara


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