viernes, 30 de julio de 2010
lunes, 26 de julio de 2010
sábado, 24 de julio de 2010
Nicolás no va a hacer caso a la sanción del Obispado, no por rebelde. Sino porque cree. Por su fe. “Jesús hizo de su vida una constante cercanía con los ‘estigmatizados’ de su tiempo: leprosos, ciegos, paralíticos, prostitutas, niños, viudas... Condenó con dureza a los que se creían puros y cerca de Dios: fariseos, sumos sacerdotes, levitas... Por eso, yo no dudo que, ahora, estaría acompañando a la comunidad homosexual.”
Nicolás es Nicolás Alessio
Levantado de una nota a Página 12
Nicolás es Nicolás Alessio
Levantado de una nota a Página 12
martes, 20 de julio de 2010
sábado, 17 de julio de 2010
Siempre que no finja que sufro ni ande con engaños ni me abstraiga de lo desagradable ni afirme haber desaparecido, las oraciones de mis hermanos podrán siempre corregirme. Las ventanas están abiertas. Qué los salmos vuelen a mí. Prima me deja cada mañana libre y seguro..
...Allí está el árbol torcido, el musgo de mis secretos, los pinos sobre el barranco del temblor, el valle viviente con las melodías de los trenes diesel. Nadie conoce el lugar exacto del que hablo, ¿y por qué habría de decírselo? Cada hombre es su propio Jacob. Despierta a los pies de su propia escala y ve a los ángeles subiendo y bajando, con Dios en lo alto de ella. Y así despierta en su propia e irreconocible casa, su puerta del cielo.
Thomas Merton.
22 de abril de 1951
...Allí está el árbol torcido, el musgo de mis secretos, los pinos sobre el barranco del temblor, el valle viviente con las melodías de los trenes diesel. Nadie conoce el lugar exacto del que hablo, ¿y por qué habría de decírselo? Cada hombre es su propio Jacob. Despierta a los pies de su propia escala y ve a los ángeles subiendo y bajando, con Dios en lo alto de ella. Y así despierta en su propia e irreconocible casa, su puerta del cielo.
Thomas Merton.
22 de abril de 1951
miércoles, 14 de julio de 2010
viernes, 9 de julio de 2010
sábado, 3 de julio de 2010
Para no ser mudo hay que empezar por no ser sordo. Si vos no sabés escuchar no vas a saber hablar o en todo caso lo que digas no va tener interés para los demás porque los laberintos de tu propio ombligo pueden ser apasionantes para vos pero para el resto de la humanidad no tienen porqué ser un tema que interese demasiado. Entonces creo que para poder hablar hay que saber escuchar y hay que recibir esas voces y aprender que las voces que valen la pena escuchar suenan, a veces, en los lugares menos presentables. Digamos, no en los foros universitarios, en los centros donde se reúnen los expertos para explicar cómo es el mundo, sino en lugares sencillos simples, por ejemplo las paredes.
Eduardo Galeano
Eduardo Galeano
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